De los riesgos de no escuchar
Nacho Corredor
Es 15 de mayo de 2011. Diversas plataformas sociales, y algunos colectivos antiglobalización, organizan masivas e inesperadas manifestaciones por todo España. Critican los abusos de poder de la banca, cargan contra un sistema político e institucional imperfecto y contra los poderosos en general, y expresan un malestar que con los días pasará a ser generalizado. Lo empiezan a llamar Spanish Revolution, lo comparan con la Primavera árabe o el Mayo del 68 y quieren influir en la agenda política de nuestro país… Un año después, probablemente, podríamos decir que aquél 15M ha sido un poco de todo y un poco de nada. La ilusión que generó en determinados entornos esta manifestación, seguida por las movilizaciones y acampadas en todo el país los siguientes meses, es perfectamente equiparable a la frustración que se ha generado al volver la vista atrás un año después.